Gestionado por la Parroquia San Miguel de Guaguachique, en la Misión Tarahumara, donde 20% la población es mestiza y 80% son indígenas rarámuris; este Centro Cultural beneficia a 139 personas en forma directa, e indirectamente a 1,112.

Su labor es atender adolescentes y jóvenes de la comunidad, sin exclusión de culturas, para generar un diálogo intercultural. 

Gestionado por la Parroquia Sagrada Familia,  en la Ciudad de México, benefició durante 2018 a 500 personas directamente y 1,500 indirectamente. 

El Centro de Espiritual Ignaciana de la Ciudad de México surgió en el contexto de una ciudad que es centro político y económico del país, con un índice elevado de corrupción, desigualdad social, violencia e impunidad; y ante las demandas de muchas personas de tener acceso a distintas formas de espiritualidad y más en concreto a la Espiritualidad Ignaciana.

Gestionado por la Parroquia Santa María de las Parras, benefició durante 2018 a 1,500 personas directamente y 15,000 indirectamente. 

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En colaboración con CIAS, Jesuitas por la paz, se estableció el programa de Reconstrucción del Tejido Social trabajando con escuelas, familias, grupos de emprendimiento económico y los Comités de Fiestas Patronales, con el fin de lograr la recomposición de los lazos y las redes socio comunitarias, en beneficio de  toda la comunidad. 

Gestionado por Fomento Cultural y Educativo, beneficia a comunidades indígenas de la sierra norte de Veracruz.  Directamente 260 personas con capacitación en radiofonía y de forma indirecta 679,111 con el servicio de la radio.

Tras 12 años de haber logrado el permiso para transmisión en frecuencia modulada, Radio Huayacocotla, la Voz Campesina ha logrado posicionarse con una identidad indígena campesina muy clara, con una audiencia cercana a 270,000 personas en más de 2,000 comunidades de la huasteca, y público conectado en internet. La Radio, es parte de una obra social más amplia que realiza trabajo organizativo y  de desarrollo comunitario en comunidades otomíes, náhuatls y tepehuas de la región. 

Gestionado por la Parroquia de San Ignacio de Loyola en Valle de Chalco, beneficia 1,080 personas directamente y 1,600  indirectamente.

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El proyecto ofreció actividades de formación en los distintos ámbitos: social, personal y espiritual a niños, adolescentes jóvenes y adultos. Como respuesta a una realidad social de desintegración familiar, bullying, pobreza, falta de trabajo, violencia y falta de cuidado del medio ambiente.

​Se ha encontrado en la radio un instrumento que permite concientizar a las personas, fortalecer la lengua y la cultura, además de informar a la comunidad sobre temas que les son significativos. 

Este proyecto beneficia directamente a 44 personas que colaboran con la radio e indirectamente a sus más de 20,000 radioescuchas.

Gestionado por la Parroquia de San Gabriel Arcángel, benefició durante 2018 a 2,500 personas directamente y 10,000 indirectamente.

En esta comunidad uno de los problemas principales es la expropiación de los territorios para la exploración y explotación petrolera, minera, energía eólica y sobre todo el aparcamiento y control de los recursos hídricos. Ante esto, se proponen reforzar la defensa de sus territorios apoyando a los ejidos en la actualización de sus reglamentos internos y la actualización de los padrones ejidales para presentarlos ante el Registro Agrario Nacional.

Las comunidades indígenas se enfrentan hoy a un choque cultural, donde la cosmovisión indígena se ve afectada por la cultura, individualista y consumista que contrasta con la visión comunitaria, familiar y autosustentable. Al enfrentarte a los paradigmas de esta cultura en lo laboral, lo educativos y las opciones de vida que propone, los jóvenes de estas comunidades, especialmente entre los 13 y 25 años, tienden a la migración.

Este proyecto, que beneficia a 600 personas directamente y  1,338 indirectamente,   ofreció espacios para el fortalecimiento de la identidad indígena mediante el diálogo intergeneracional entre adultos y jóvenes. Uno de sus principales objetivos fue nutrir a los jóvenes de los valores comunitarios indígenas, para afrontar la realidad social occidental desde una mirada distinta, de igual manera el diálogo nutre a los adultos desde nuevas miradas de configurarse como pueblos desde sus raíces.

Este Diplomado atendió el problema de revaloración y fortalecimiento del pueblo Tseltal dentro del complejo mundo en que vivimos, dando herramientas de acceso desde una visión crítica de sí mismo a la interculturalidad que la realidad actual demanda. 

La metodología “no enseña”, crea situaciones de aprendizaje,(como hacen los tseltales, y hacía Sócrates), donde l@s estudiantes a partir de investigar, reflexionar y compartir, aprenden el valor de ser quienes son y construyen conocimientos sobre su pasado para proyectar el futuro y al hacerlo producen textos en Tseltal y castellano.

Gestionado por el Centro de Investigación y Acción Social -Jesuitas por la Paz en la Ciudad de México, este proyecto beneficio durante 2018 a 48 personas directamente y 5,000 de manera indirecta.

Durante el primer semestre los integrantes del equipo CIAS, conformado por profesionistas, laicos y jesuitas, que movidos por la situación de violencia en el país trabajan en la Reconstrucción del tejido social y el Buen Convivir, han vivido los Ejercicios Espirituales y realizado 5 encuentros según los componentes: “Espiritualidad, Educación, Gobierno, Economía y Familias”, dando seguimiento al acompañamiento espiritual y psico emocional de cada uno de ellos.